Columnista

Cuando algunos ciudadanos comenzaron atacar la actitud clientelista de la Asamblea Nacional de Diputados, pensé que era otro movimiento oportunista de cara a los comicios venideros de 2024. Sin embargo, lo que hemos visto en los últimos días demuestra que la bancada del Partido Revolucionario Democrático (PRD), solo se concreta en destruir lo poco que hemos logrado en materia de obras públicas, para mejorar la calidad de vida de los panameños.

Mientras el presidente Laurentino “Nito” Cortizo hace lo posible por salvar la cara, ante el endeudamiento que dejó la pasada administración, en el Pleno legislativo se ensañan contra los usuarios del transporte, al prohibir el pago en efectivo por utilizar UBER, Cabify y otras APP´s que brindan mejor servicio, ante el “No Voy” de los taxistas tracaleros. Pero allí no acaba el asunto.

Ahora, varios diputados oficialistas vinculados al sector transporte, buscan sembrar un campo minado para que Panamá Oeste no pueda tener un futuro mejor. De repente, un reconocido “padre de la Patria” nos viene con la idea de frenar el proyecto del Cuarto Puente sobre el Canal interoceánico. Es decir, echar todo para atrás, como el cangrejo.

Entretanto, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), indicó en la Asamblea que pretende recortarle 264 millones de dólares al Metro de Panamá, lo cual deja en suspenso la tan anhelada “Línea Tres” hacia el sector oeste. Supongo que para varios perredistas, el monorriel japonés es una amenaza para el negociado del transporte existente en Arraiján y La Chorrera. Otra cangrejada.

Todavía no acaban los absurdos en la Asamblea: Proponen ley con el fin de cambiar el “Día del Padre” para marzo; buscan impulsar más impuestos a los viajeros en tránsito por Tocumen, lo que afecta la promoción turística; o cobrarle recargos a los dueños de los “restaurantes móviles”, porque nadie los regulaba. Y ni hablemos del tema migratorio y las citaciones a funcionarios públicos al Pleno.

La democracia se basa en el contrapeso que ejercen los tres órganos del Estado, generando balance entre poderes. Empero, si el Legislativo pretende asumir el control del país para saciar las ambiciones clientelistas, se forma una crisis. Creen que el pueblo panameño es sumiso, pero están muy equivocados.

Panamá es de todos, no de un partido político o de un grupito de diputados. Es hora que el pueblo haga presión para frenar a los gamonales, que solo piensan en ellos y no en el resto de los ciudadanos. Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos…